Un año diferente, en el que comenzamos con abrazos y risas y buenos propósitos, todo parecía que sería positivo, pero llegó el 8 de marzo en el que hacíamos la Fira de la Primavera, un día maravilloso, pero que ya se veía un poco empañado por la sombra de esta terrible pandemia; durante esa semana ya todo eran miedos e incertidumbres y finalmente llegó el día en que se produce la explosión. Parecía que no pudiera ser, el miedo se apoderó de nosotros para dar paso a la pena y al abatimiento, así transcurrió la mayor parte del tiempo en el que se suponía que estaríamos todos al sol y trabajando con fuerza. Se fueron al traste todas nuestras ilusiones, terraza, La Passió, en definitiva, una época muy buena para nuestro sector.
Por suerte todo cambia y poco a poco nos dejan volver a una nueva normalidad, intentamos hacer las cosas lo mejor que podemos, cumplimos normas y horarios y todo parece que será como antes, la buena gente de este pueblo se volcó con nosotros: sólo se puede tener agradecimiento por el apoyo que nos dieron, es muy duro, pero cuando vuelves a ver a tus clientes-amigos en tu casa parece que el ánimo te vuelve.
Quizás se tendría que hablar de economía y de cómo hemos subsistido todo este tiempo, pero prefiero aparcar ese capítulo; ya no hay remedio, este año es un paréntesis que hemos tenido que hacer y ahora nos queda hacer las cosas bien para poder seguir adelante y luchar a diario, levantar el ánimo y esperar que esta pesadilla acabe y que podamos ser nosotros mismos: que vuelva la alegría y el optimismo, y de paso, poder subsistir en nuestros negocios.
Sólo os deseo felices fiestas y que el 2021 sea un poquito mejor. ¡Gracias!
Mercedes (Cafè del Teatre)