Como si de ficción se tratara, tras días conviviendo en una rutina nada habitual, sintiendo esa extraña sensación que altera nuestra vida y a diario genera una gran inquietud entre todos…
De manejar un vehículo que durante sus trayectos almacena desde breves diálogos a una mejora de la cordialidad entre usuarios.
De observar encerrados, desde niños pequeños que dejaban de gatear ayer mismo, a gente anciana acortando el paseo de sus caminadores.
De espantar desde una pequeña ventana una fuerza invisible que habita allí afuera, a combatirla abrazado al mundo desde balcones y terrazas.
De carros de la compra llenos para dos semanas a dos bolsas poco llenas para volver a regresar mañana.
Del que está dentro ovacionando al de fuera, cuando desde fuera se debería ovacionar la responsabilidad de estar dentro.
Estos días he tratado de llevaros lo mejor que he podido, que mis ojos fueran también los vuestros y que en la manera que lo habéis leído, se reflejara en la medida con la que he pretendido humanizar los diferentes momentos vividos.
Han sido días de corrección ortográfica, de contactos inesperados de a quien le había llegado el mensaje, ¡de ti que has leído todos y cada uno de los relatos con el fin de saber que estaba sucediendo ahí fuera…!
Vosotros y vuestro ánimo también habéis escrito estas vivencias…
Mi confinamiento pondrá una pausa a estas historias, el próximo que sea leído al llegar a casa después de un día en familia o con amigos… y si no es leído, tendremos muchas cosas más importantes por hacer- ¡Hasta pronto!
Sergi Foguet Maestre
