Quisiera hacer referencia a una fábula Olivier Clerc, que por desgracia se demostró que era real, y una expresión para reflexionar sobre la situación actual.
La fábula es la de la “Rana hervida”, la cual ha dado lugar a un síndrome con el mismo nombre y la expresión es la de “Panem et circenses”, que hace alusión a la costumbre de los emperadores romanos de regalar trigo o entradas al legendario circo romano para distraer la atención del pueblo de los cruciales problemas sociales o conflictos políticos que azuzaban en su momento.
Vivimos en unos momentos en que tenemos varías crisis mundiales, que han desembocado en guerras, de las cuales hay una que nos afecta especialmente. Me refiero a la guerra entre Rusia y Ucrania. Una guerra que está enriqueciendo principalmente a dos países, Rusia y Estados Unidos.
Rusia porque tiene unos recursos necesarios para cualquier país del mundo (gas y petróleo, principalmente), los cuales está vendiendo, pese a las sanciones económicas, a otros países (China y la India, creando una, cada vez mayor independencia de Europa, hecho que pagaremos caro en un futuro). Estados Unidos, porque gracias a esos recursos que el primero ha dejado de suministrar, se ha convertido en el proveedor de los mismos para Europa (gas licuado), cobrándolo a precio de oro y, por otro lado, suministrando armamento a Ucrania (cuyo precio se cobrará con elevados intereses) y a otros países que, ante la situación, han considerado urgente tener más armas para estar preparado ante posibles agresiones.
Y en medio tenemos a varias víctimas. La principal es el pueblo ucraniano que está sufriendo en sus propias carnes las consecuencias de una guerra que podría haberse evitado si Estados Unidos no hubiera impulsado a solicitar una entrada en la UE, con la consecuente entrada en la OTAN, a Ucrania.
Una guerra contra un enemigo que no tiene escrúpulos de ninguna clase a la hora de destruir ciudades enteras, con el coste en vidas humanas que ello supone. Por otro lado, el gobierno ucraniano, por informaciones no sesgadas, está más próximo a una ideología nazi, que está haciendo más daño que bien (ya veremos que pasa cuando todo esto salga a la luz).
Y por otra parte, estamos el resto de la población mundial, los cuales estamos sufriendo un aumento constante de los precios, o escasez en el suministro, en bienes esenciales para vivir, observando como las compañías que los suministran están superando beneficios de otros años, de forma escandalosa. Además, sufriendo recortes de poder adquisitivo desde varios frentes (aumento de inflación y de tipos de interés, dificultad a la hora de adaptar los salarios al nivel de vida, etcètera). Para ello sólo hace falta ver el aumento de la población que solicita ayudas alimentarias y subvenciones.
Podemos añadir otras situaciones preocupantes como la pandemia de la Covid que parece que aún no ha acabado de ser erradicada y que ha proporcionado beneficios escandalosos a la industria farmacéutica; la precariedad en el sector sanitario que está preparándonos para una privatización del mismo; la dificultad en el mantenimiento del sistema de pensiones que lleva a proponer peores condiciones para acceder a una pensión digna después de una vida laboral ya precaria de por si. Y políticos de cualquier ideología que sólo buscan su beneficio personal, ya sea enriqueciéndose o acumulando poder.
Pero para hacer que nuestra vida sea más llevadera tenemos todo un circo mediático que nos entretiene con deportes de todo tipo (fútbol, básquet, motociclismo, etcétera) junto con programas de diversa temática en la que o se concursa para ganar más dinero, o se airean los trapos sucios del famoso de turno. A eso hemos de añadir las nuevas tecnologías que nos proporcionan video juegos y otros pasatiempos. Todos ellos ayudan a evadir nuestra mente de la situación actual por periodos cortos de tiempo en algunos casos y mas largos en otros, según la consciencia de cada uno.
Todo en base a la filosofía del “Panem et circenses”, haciendo la observación de que el Panem cada vez está menos repartido.
Después de todo lo anterior enlazo el Síndrome de la Rana Hervida con el hecho de que nos están suprimiendo lentamente privilegios que hacían que la vida fuera más llevadera para la mayor parte de la población, elevándonos la temperatura poco a poco (por analogía, en nuestro caso quitándonos esos privilegios de forma gradual), jugando con un conformismo que, cada vez, es más evidente (nos cuesta mucho reaccionar ante situaciones adversas) y que nos quita la posibilidad de reacción conforme la temperatura llega al máximo al crear una sociedad formada por individuos cada vez más centrados en si mismos.
¿Que podemos hacer?
Creo que hemos de actuar como sociedad en conjunto, olvidándonos de políticos que no van a solventar nuestros problemas (ya que tienen marcadas claramente las directrices por los que mandan de verdad, aquellos que buscan una sociedad similar a la existente en la película Elisyum) y siendo más solidarios, lo que no significa ayudar sólo económicamente sino actuar socialmente (si utilizásemos el inmenso poder que tiene una movilización de la mayor parte de la población, para solicitar la mejora de condiciones esenciales, se conseguirían cambios importantes, con gran repercusión, como aviso, para las élites dominantes), con aquellos que están empezando o tienen verdaderos problemas para vivir dignamente.
Si seguimos en este estado de inconsciencia nos puede pasar lo que dijo en su momento el pastor luterano Martin Niemöller:
“Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas,
guardé silencio,
ya que no era comunista,
Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
guardé silencio,
ya que no era socialdemócrata,
Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté,
ya que no era sindicalista,
Cuando vinieron a llevarse a los judíos,
no protesté,
ya que no era judío,
Cuando vinieron a buscarme,
no había nadie más que pudiera protestar”.
Gracias por vuestra atención.
Jesús Moreno Garrido