“El rechazo de algunas personas se lo atribuyo al miedo”

Dúnia V.G., primer caso de Covid-19 en Olesa de Montserrat

Ella jamás se lo hubiera imaginado. Dúnia fue el primer caso de Covid-19 en Olesa, a mediados de marzo, justo antes de que comenzara la alarma, el miedo y el confinamiento, cuando Wuhan no parecía tan lejano. Tiene 39 años, está en pareja y no tiene hijos. Vive en el barrio de La Central y es enfermera gestora de casos en el CAP de Olesa y en una residencia geriátrica en Abrera. Cursó estudios de laboratorio clínico y enfermería, para luego continuar con estudios de posgrado con la especialización en pediatría. Y sueña con que pronto, pasear por la montaña, viajar y hacer deporte vuelvan a ser parte de su día a día.

 

P: ¿Qué tal estás ahora?

R: Creo que la palabra sería “preocupada” Cuando me contagié (entre la última semana de febrero y la primera de marzo, aproximadamente) casi no me había dado tiempo a ser consciente de toda la situación que se nos venía encima ni a sentir miedo. Se empezaba a hablar de posibles contagios de personas que habían estado en las zonas de riesgo, ese era el criterio entonces. La realidad era otra muy distinta pero no teníamos conocimiento. Hacía semanas que visitábamos pacientes y niños con cuadros respiratorios que no mejoraban…

 

P: ¿Cómo comenzó todo?

R: Desconozco cómo me contagié. Recuerdo que el viernes 6 de marzo me levanté de la cama y me dolía todo el cuerpo. Después de un parón por una lesión había empezado a entrenar para la TEO y pensaba que estaba en mala forma física, me encontraba muy cansada. Posteriormente fueron apareciendo la tos seca, dolor de cabeza y de garganta, mocos, falta del sentido del gusto y olfato. Seguí trabajando como muchas otras veces que he tenido cuadros víricos. De hecho, el martes 10 de marzo acudo a una reunión acerca de las líneas de actuación para el coronavirus y allí nos anuncian que todo el personal que presentáramos síntomas respiratorios lo comunicáramos. Comuniqué que estaba “cómo con una gripe”. Algunos pensaban que estaba exagerando porque no había tendido fiebre ni había estado con nadie que viniera de una zona de riesgo. Me hice yo misma la famosa PCR y me fui para casa a aislarme en espera de resultado. El jueves 12 al mediodía se conoce el resultado de mi positivo y al poco tiempo el Ayuntamiento emite el comunicado del primer positivo oficial.

 

“Todavía hay algún compañero que retrocede dos metros cuando me ve”.

 

P: ¿Qué tratamiento seguiste?

R: Básicamente paracetamol para el dolor de huesos, lavados nasales y azitromicina que es un antibiótico que tomé durante 6 días. He estado de baja casi un mes; a los 14 días me repitieron la PCR y ya di negativo, me reincorporé al trabajo y ese mismo día le comenté a una compañera que en ocasiones notaba sensación de falta de aire. Me hicieron una radiografía y vieron que tenía una pequeña neumonía compatible por Covid-19 que debió estar allí desde los primeros días. Otra vez de baja y para casa para completar la recuperación.

P: ¿Siempre has estado aislada en casa?

R: Los primeros días estuve confinada sola, en casa y unos días después mi pareja también empezó con síntomas y nos confinamos juntos para completar la cuarentena. Por suerte he recibido mucho apoyo por parte de mi familia, mis suegros, amigos, compañeros de trabajo y de entreno y sobre todo por parte de mi pareja y sus dos hijas. En estas situaciones siempre hay personas que te sorprenden gratamente con sus gestos y otras que te decepcionan. El rechazo de algunas personas lo atribuyo al miedo. Prefiero no pensar en las cosas que me han decepcionado durante este proceso, no me aporta nada positivo.

 

P: ¿Cómo era tu día mientras estabas con el virus?

R: Cuando físicamente me empecé a sentir un poco mejor intenté seguir una rutina, levantarnos pronto, comer sano, aprovechamos para hacer cosas en casa que teníamos pendientes, llamaba a los pacientes y si podía hacer algo de trabajo desde casa, lo hacía. También hemos intentado mantener una rutina de actividad física diaria y en algún momento he aprovechado para ver alguna serie.

“Los primeros días me sentía como si fuera una terrorista sin armas”.

 

P: Mantenerse fuerte anímicamente también te habrá ayudado…

R: Creo que, sin el apoyo incondicional de mi madre, mi hermana y mi pareja todo esto habría sido mucho más duro. No me puedo olvidar de mi suegro que nos traía la comida y nos la dejaba en la puerta, tampoco de las llamadas y video llamadas de los amigos y compañeros, ni del trozo de pastel casero en la puerta de casa que te hace tu vecina.

 

P: ¿Qué sensaciones tuviste al ser la primera infectada de Olesa?

R: Al principio me sentí muy mal, la noticia corrió como la pólvora y parecía que era la única persona infectada de Olesa cuando yo sabía que no era así. Sentí mucha presión por lo que comportó a nivel logístico del CAP ya que bastantes compañeros se tuvieron que confinar y casi tienen que cerrar el CAP. Me sentí culpable por la posibilidad de poder haber contagiado a algún paciente, compañeros, mi familia, amigos, mi pareja. Los primeros días me sentía como si fuera una terrorista sin armas. Hasta llamé desde casa a los pacientes que había visitado en los últimos días para asegurarme de que estuvieran bien.

“Es una situación realmente triste que parece el guion de una película de ciencia ficción”.

 

P: A un mes de aquel diagnóstico, ¿cuál es tu mirada?

R: Es de preocupación por todo lo que veo cada día, este virus es muy cabrón, perdóname la expresión, el contagio es tan fácil y la severidad la veo cada día que voy a trabajar. Tengo muchos compañeros y amigos que se han contagiado, todos tenemos alguien cercano que ha fallecido. Preocupada también porque tanto mi hermana como mi madre están en primera línea de asistencia en zonas minadas de positivos. Y también tengo una mirada triste por la forma en la que se van nuestros mayores, es una situación realmente triste que parece el guion de una película de ciencia ficción.

P: ¿Cómo ha cambiado tu rutina diaria?

R: En lo laboral el cambio ha sido brutal, de pronto tenemos que decidir situaciones muy delicadas dentro de un momento dantesco. La forma de vestirnos para entrar en contacto con un paciente, los trajes son aparatosos y marcan una distancia tremenda con el paciente y la familia. Todavía hay algún compañero que retrocede dos metros cuando me ve. En lo familiar, pues no ver a parte de mi familia, no poder besarles ni abrazarles. Nos animamos pensando en nuestras vacaciones en familia que hacemos cada año, ¡queda un día menos para ir a Menorca!

En lo personal, el confinamiento; para personas muy inquietas como mi pareja y yo, es un plus importante, normalmente no solemos parar en casa, ¡hasta tenemos el sofá nuevo! Tenemos muchas aficiones como el ciclismo, y diferentes deportes que practicamos en la montaña, nos gusta correr y viajar. Así que estar encerrados en casa está siendo una gran experiencia para nosotros, sobre todo de paciencia y tolerancia. Esta situación marca un antes y un después en nuestras vidas, en la forma de nuestro día a día con el trabajo, familia y en las relaciones sociales. Ahora vamos todos con mascarillas y guantes y si alguien tose a nuestro alrededor todo el mundo sale corriendo…

 

Redacció 08640

Fotografies: Tomás Muñoz

(Entrevista realizada el sábado 18 de abril de 2020)

Comentaris

  1. No en sabía res fins ahir m’alegra que estiguis bén recuperada a mi en vas trucar…no sé si ho he tingut però per sintomes tinc molts números…..no m’han fet cap prova i ho he passat a casa…ara bui fer-me el test i necesito prescripció mèdica i al CAP no en saben res….que truqui dilluns i a veure si algú sap tema prescripció mèdica …? A surtit a tots els canals i ells no en saben res…. Dúnia una abraçada i contenta de la teva recuperació! Dori.

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