Déu n’hi do

El mediocampista central suele ser uno de los futbolistas clave en cualquier equipo, ¿por qué? Porque es el que mantiene el ritmo de las jugadas, es el que tranquiliza al resto de sus compañeros, es el que interpreta cuando un avance se convierte en un ataque o cuando hay que replegar velas y defenderse del contrincante. Y en la vida, a veces hay que tener el equilibrio para entender lo que nos pasa a nuestro alrededor y una mirada crítica e inteligente para que la realidad no nos supere. Como el jugador de fútbol. No es fácil y de eso da cuenta la creciente inestabilidad emocional de mucha gente, en esta era que nos toca transitar.

Parte de la tarea de quienes hacemos este periódico nos lleva –diariamente- a conocer diferentes circunstancias de comerciantes, amas de casa, empleados, repartidores, autónomos, empresarios, jóvenes, estudiantes y personas en el paro. No nos dejemos engañar: se están viviendo tiempos de incertidumbre e inquietud, donde planificar a largo plazo se ha convertido en jugar a los dados con el futuro y no siempre es como lo preveíamos.

Aquí, allá y en todas partes, la factura de la luz, por poner un ejemplo que nos toca a todos, está haciendo daño a muchísimos sectores y sólo protestamos en las redes sociales. Las recetas de Tik Tok no se adecúan a todas las circunstancias, los tutoriales no son la solución a todos tus problemas y las soluciones no son mágicas ni tardan en hacer efecto 30 segundos en la vida real.

Hay comercios en Olesa que no saben cómo seguir adelante, las hipotecas y los alquileres están por las nubes, la inflación se ha hecho visible y ha llegado para quedarse de la mano del desesperado y constante aumento en el precio de casi todo; hay familias en problemas porque no llegan ni a mitad de mes; Serveis Socials de l’Ajuntament, Cáritas, el Voluntariat Vicencià son claras muestras de cómo está la situación social y económica de muchos de nuestros conciudadanos. Y si no, basta con conversar personas que la están pasando verdaderamente mal y registrar las historias que nos cuentan. Muchas veces, frente a la pregunta “¿Qué tal?”, la respuesta es “Voy haciendo”, para resumir una suma de frustraciones y de desesperanza que serían muy largo de explicar. Dejemos la ceguera emocional para otro momento…

Quienes afortunadamente tenemos nuestras necesidades básicas satisfechas nos hemos vuelto cada vez más insatisfechos y esperamos diferentes cosas para poder ser felices. Este mundo “feliz” que nos intentan vender oculta ansiedades, destrucción, depresiones y hasta un increíble aumento de la tasa de suicidios en los jóvenes, porque nadie soporta no ser feliz cuando parece que todos lo son allí afuera. Entendamos definitivamente que la felicidad es una decisión personal que depende de la capacidad de registrar las cosas más simples que pueda tener y no las que me faltan. Podemos estar permanentemente felices –y es una cuestión de actitud- a pesar de no siempre estar contentos, en la medida en que le logramos encontrar sentido a lo que hacemos. Cada uno desde su lugar y también y por qué no, alguna que otra vez, ponerse en el lugar del otro. Salut!

 

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