… viu a Martorell però treballa a la residència Santa Oliva d’Olesa. Va ser diagnosticada amb coronavirus el passat dilluns a la nit, però ja portava aïllada des del diumenge 15. I des de casa seva ens va fer arribar aquestes línies:
“Aunque mucha gente critique los aplausos de las 8 de la tarde, esos mismos aplausos son los que nos llegan a nosotras, las que estamos aisladas, las que siguen al pie del cañón con la misma faena y la mitad del personal. A mí se me saltan las lágrimas porque veo que se reconoce nuestra labor, a veces tan olvidada. Trabajamos los sábados, los domingos, en Navidad, Noche Vieja y Año Nuevo. Y no sólo somos las cuidadoras de abuelas y abuelos, somos sus psicólogas, sus amigas, escuchamos sus penas y sus relatos. Sólo con entrar a la planta nada más llegar y verlos, sabemos si les pasa algo, si están contentos o no, en fin nos damos cuenta de cómo se sienten.
Desde mi casa agradezco de todo corazón los aplausos de todos los vecinos y vecinas de Olesa, Martorell y del resto de Cataluña. ¡Gracias!”
I.S.
NdelaR: Al tancament d’aquesta edició, Isabel es trobava millor, encara que continua aïllada i segons ens va confessar “con muchas ganas de abrazar a sus hijas y de volver a trabajar en la residencia”.