Las vacaciones es un tiempo de descanso muy esperado y necesario para todos, es un tiempo para desconectar de las obligaciones y romper con la rutina. Pero no son infinitas, llega setiembre y con ello la vuelta a la rutina y las obligaciones.
Así como romper la rutina para tomarnos un descanso es algo que a nadie le molesta, volver a la rutina nos afecta a todos, de una forma u otra. Es normal durante los primeros días sentir tristeza y nostalgia y no tener ganas de volver a la rutina, pero hay que diferenciar las pocas ganas de volver con el llamado “síndrome postvacacional”. Este síndrome lo pueden padecer tanto adultos como niños y no es una patología como tal sino un trastorno adaptativo, donde la persona no es capaz de hacer frente a la situación. Los síntomas más habituales son apatía, cansancio, irritabilidad, dificultades de concentración, trastornos del sueño, nerviosismo, estrés e incluso tristeza y, en los casos más graves se pueden experimentar ataques de ansiedad, dolor de cabeza o malestar general. Su duración aproximada es de 15 a 20 días, pasado este tiempo si los problemas persisten es mejor consultar con el médico.
Las personas más propensas a sufrir este síndrome son aquellas que tienen menor tolerancia a la frustración, son menos resilientes, disfrutan de unas largas vacaciones, están desmotivadas con el trabajo, tenían un nivel alto de estrés previo a las vacaciones, etcétera.
Aquí os dejamos algunas pautas para hacer más llevadera la vuelta a la rutina:
Ante todo, es importante entender que ese malestar es transitorio y adaptativo, y no darle mucha importancia. Alegrarse por las experiencias vividas, verlo de forma positiva y no desde la tristeza y la melancolía.
Lo ideal es poder regresar de las vacaciones unos días antes de volver al trabajo para que así el cambio no sea tan brusco. Durante estos días hay que retomar de forma paulatina las rutinas en cuanto a sueño y alimentación, ir ajustando los horarios y el tipo de comida para acostumbrar al organismo. Sobretodo olvídate los primeros días del alcohol y la cafeína ya que, a pesar de creer que te pueden ayudar a sobrellevarlos, es todo lo contrario. También puedes reemprender o bien iniciar actividades de ocio, realizar actividades placenteras para ti resultará motivador.
Procura organizar tu agenda y establecer prioridades, esto puedes hacerlo antes de irte de vacaciones ya que te dará mayor tranquilidad a la vuelta. Prioriza las tareas pendientes y organiza el trabajo de los primeros días para que no te genere angustia. Resuelve los temas pendientes o problemas y no dejes que se prolonguen en el tiempo. Trata de empezar, en la medida de lo posible, por tareas más fáciles y luego ya irás incrementando la dificultad.
Puedes empezar a planificar tu siguiente viaje o escapada ya que eso te motivará y te ayudará a sobrellevar la vuelta a la rutina. Es importante proponerte nuevos proyectos para motivarte, pero márcate objetivos realistas ya que, si no, en vez de motivarte conseguirás sentirte frustrado. Puedes dividir cada objetivo en otros más pequeños para que sea más fácil conseguirlo, esto, además, reforzará tu autoestima.
Algo muy importante es tratar de empezar a trabajar a mitad de semana, es decir, entre el miércoles o el jueves, de este modo no se te hará tan larga la semana y será un comienzo progresivo, más fácil de sobrellevar. También es muy bueno dividirse las vacaciones a lo largo del año, puedes hacer, por ejemplo, 20 días en verano y guardarte los otros para puentes, u otras fechas.
Huye un poco de la rutina diaria, es decir, no vayas siempre por el mismo camino para ir al trabajo, al mismo sitio a comer, hablar con la misma gente, etcétera, ya que esto provoca más tristeza. Y, por último, trata de vivir en el aquí y ahora, vivir el día a día, con cierta predisposición al futuro, pero centrándote en sacar el máximo partido al momento presente; esto reducirá nuestra ansiedad de pensar en el futuro y también los sentimientos depresivos de anclarnos al pasado.
Por su parte, aunque los niños son más adaptables a los cambios, también les cuesta retomar la rutina después del parón veraniego. Por ello, desde casa conviene ayudarles a retomar la rutina siguiendo una serie de pautas:
Durante las vacaciones es importante que puedan realizar algunas actividades de repaso o cuadernillos ya que así no pasarán de no hacer nada de esfuerzo mental a tener que estudiar muchas horas seguidas. Además, se puede fomentar el gusto por la lectura o motivarles a estudiar sobre algún tema que les guste. También es positivo darles pequeñas responsabilidades, adaptadas a su edad como, por ejemplo, hacerse la cama o fregar los platos, así mantenemos unas normas básicas y hábitos durante el verano.
Es importante llegar unos días antes de la incorporación al colegio a casa para poder planificar el curso siempre con una actitud positiva, hablando de los amigos con los que se van a reencontrar, las cosas nuevas que van a aprender, etc. Además, hay implicarlos en la preparación de todo lo que rodea la vuelta al cole: compra de los libros y materiales escolares, actividades extraescolares, etc.
En este tiempo entre la vuelta de las vacaciones y el inicio escolar es importante ajustar los horarios tanto de sueño como de alimentación. Además, hay que dar ejemplo ya que los niños aprenden de las actitudes de su entorno. Es importante hablar con ellos sobre sus capacidades, habilidades y dificultades, así como también sobre cómo se sienten, proporcionándoles un apoyo que contribuirá a fomentar su autoestima y autonomía.
Los primeros días puedes acompañarle a la puerta para que se sienta más seguro y sobre todo al final del día preguntarle cómo le ha ido y explicarle también como te ha ido el tuyo, esto generará un clima de confianza en el que el niño se sentirá a gusto y sabrá que cualquier dificultad puede contarla sin problemas.
Algo muy importante a tener en cuenta también, es la importancia que le dé la familia a los estudios y a las buenas notas ya que, si se presiona mucho al niño con esto aumentará su nivel de estrés y, al mismo tiempo le afectará a su autoestima y le generará cierta inseguridad, haciendo que se consiga el efecto contrario.
Ícaro Centre de Psicologia i Reeducacions